
El sistema de amortización francés es el método más común para calcular la cuota de una hipoteca. Su principal característica es que la cuota mensual se mantiene constante durante toda la vida del préstamo, facilitando así la planificación financiera.
Qué es la amortización francés
La amortización francés es el sistema más utilizado en préstamos e hipotecas.
Se caracteriza porque la cuota mensual es constante durante todo el préstamo (en el caso de hipotecas fijas) o dentro de cada periodo entre revisiones (en las variables).
Cómo funciona
En cada cuota se pagan dos partes:
- Intereses: se calculan sobre el capital pendiente en cada momento.
- Amortización: es la parte de la cuota que reduce la deuda.
Al inicio del préstamo la mayor parte de la cuota corresponde a intereses y una menor a amortización.
Con el paso del tiempo, la proporción se invierte: se pagan menos intereses y más capital.
Ejemplo rápido
Un préstamo de 100.000 € al 3 % TIN, a 20 años con amortización francés:
- En las últimas cuotas, casi todo será amortización y apenas intereses.
- Cuota mensual aproximada: 554 €
- En la primera cuota, unos 250 € serían intereses y 304 € amortización.
Ventajas y características
- Permite cuotas previsibles y fáciles de comparar.
- Es el sistema estándar en la mayoría de bancos españoles.
- Hace más sencillo elaborar y entender un cuadro de amortización.
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📎 Nota
Este glosario tiene carácter informativo. Para información oficial sobre préstamos e hipotecas, consulta la web del Banco de España
Su principal diferencia es que la cuota mensual de tu préstamo o hipoteca se mantiene constante durante toda la vida del producto. A diferencia de otros sistemas, no hay cambios en lo que pagas cada mes.
La cuota se calcula para ser siempre la misma. Lo que sí cambia es la proporción de lo que pagas: al principio, la mayor parte de tu cuota se destina a pagar intereses, y una pequeña parte a reducir el capital pendiente.
La distribución es progresiva. Al inicio del préstamo, pagas casi todos los intereses y amortizas muy poco capital. Con el paso del tiempo, esta proporción se invierte: los intereses que pagas cada mes se reducen y la cantidad de capital que amortizas aumenta. Al final, pagas mucho más capital que intereses.